sábado, 13 de diciembre de 2008

Aquí estamos para cumplir un ciclo temporal, en el domingo de la extensa semana intravenosa, llegamos a nuestro séptimo número afirmando la necesidad de una revista que promueva la producción cultural independiente y de calidad, tras la negativa de otros espacios que prefieren la reproducción y la producción por producción (léase “hacer cualquier cosa”). Sin titubeos, ni falsa modestia, cansados de los que se escudan detrás de “su visión de las cosas” para después no aceptar “otras visiones”, o peor aún, aquellos que enmudecen sin vestigios de respuesta, porque aceptan sin más, despreocupados del camino de sus producciones, hasta permitir que aparezcan defensores que se apiaden de ellos y puedan protegerlos. Algunos parecen dispuestos a dejar pasar la tormenta para volver pronto a la tranquilidad del espejo de agua, caribeño e idílico que aceptan para su permanencia, no son concientes del daño que producen con la protección silenciosa de su quintita.
Por ello no esquivamos la responsabilidad de decir, para no caer en la desidia del silencio arrastrados por la prudencia que tanto nos aconsejan. Por que nadie es dueño de la palabra, pero a muchos les molesta que se haga uso de ella libremente. Y peor aún cuando quién las emplea no tiembla al momento de denunciar la mediocridad. En la provincia del silencio y del acomodo, está mal visto hablar; asomar las ideas por sobre las cabezas niveladas de la empresa cultural es casi un pecado. En realidad, no hay riesgo en abandonar las buenas costumbres (crítica complaciente, silencio público mezclado con la charlatanería en privado, etc), la alarma promueve un giro al debate y a dejar de ser objeto de cotillón en la fiestita a puertas cerradas del círculo selecto. En este reino contradictorio, la censura opera encubierta a través de mecanismos insidiosos como los pactos de silencio, los comentarios irónicos, y todo otro recurso que evite la confrontación de posiciones o al menos el diálogo, como tachar de pendejos, de mala leche o de “estar a la defensiva” a quienes sienten íntimamente que no pueden vivir si no es a través de la palabra.
La reducción del espacio permite un control efectivo, apadrinarse es una buena opción, y caerle bien a todos mejor, no obstante, Intravenosa sigue saliendo porque ninguna frontera, por más rígida que sea, es perpetua, ni inagotable su universo interno. A punto de la implosión, su proteccionismo no les permite renovación, por ello mientras nuestra voz surge para el diálogo es interpretada como acción de guerra y algunos corren presurosos a vestirse de verde y acorralarse en la trinchera. A ellos nuestro agradecimiento porque los preferimos combativos a soberbios, luchadores a callados. La cultura debe revitalizarse, sin interacción que dialogue, Jujuy está condenada a ser una postal amarilla que pronto va a despintarse.

2 comentarios:

Mano de Mandioca dijo...

Nuevamente, felicitaciones.

Me gustaría comprar la revista, pero ...

... estoy en Buenos Aires y no tengo idea de dónde queda la Librería García Cambeiro: ¡pásenme la dirección!

Mario Rabey

Lucila Lastero dijo...

Holas! Ya terminé de leer la revi N° 7. Me gustó mucho el texto de Aguirre sobre el talón y Miles Davis, y el de Choque sobre los microrrelatos. Muy creativo lo del texto sobre la masturbación; están buenísimas las citas de canciones de rock. Lo de fútbol y literatura está genial.
Saludos!