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Evidentemente la Secretaría de Cultura de la provincia sigue con su incansable misiva de querer transculturizar al pueblo jujeño. Primero colocaron bailarines de flamenco ilustrando una publicidad oficial y ahora promueven y organizan los festejos por el día de San Valentín. ¿Regalarán malvaviscos para Halloween?.
En nuestra provincia es frecuente que se asocie la incorporación de elementos importados desde las grandes metrópolis como una forma de distinción que otorga mayor jerarquía social. Este tipo de conductas generalmente son impulsadas por las grandes empresas transnacionales y los medios de comunicación, entre otros; pero es notable también cómo, de un tiempo a esta parte, el propio Estado es quien las fomenta. Cada comunidad desarrolla y promueve costumbres y conductas propias que le permiten una identificación social que las sitúa en determinado tiempo/espacio. David Hume señala al respecto que: “las costumbres autóctonas e identificadas con el medio, constituyen la plataforma fundamental que determinan la forma de vida y caracterizan una sociedad determinada.” Esto no implica que se deba hacer una reivindicación costumbrista o regionalista. Existen matices y variaciones dentro del amplio espectro de la identidad cultural jujeña, la cual es conformada por múltiples y diversas facetas que, de una u otra forma, otorgan un sentido de pertenencia al individuo sobre la comunidad, y a la comunidad sobre su espacio.
La imposición cultural, (que se da de diferentes maneras y con métodos variados) suele atacar sobre este sentido de pertenencia, despojando a los individuos del factor identitario, y haciéndolos renegar del mismo. La transculturación del siglo XXI suele asociarse a sentimientos de superación, promovidos por el modelo del estado de bienestar, que fomenta el consumo y la acumulación de bienes materiales como instancias esenciales para llenar los vacíos existentes y conseguir la felicidad. Todo esto resulta, para la Secretaría de Cultura, meras enunciaciones teóricas a las que no se les debe dar demasiada importancia. Vale más introducir elementos alienantes inducidos por la industria para fomentar el consumismo, que trabajar sobre lineamientos antropológicos que fortalezcan el sentido de pertenencia de la matriz cultural de los jujeños. La estética de la globalización donde parece (tal como un espejismo) que todo es posible va penetrando cada vez más en estas tierras (basta con ver los grandes hoteles de Purmamarca), hasta llegar a imponernos “fechas de ocasión” en el calendario, como es el caso de San Valentí;.que, vale aclarar, nada tiene que ver la conmemoración Católica de esa fecha con la estética del festejo surgido en los EEUU. En la primera se conmemora a un mártir incorporado al Santoral, mientras que en la segunda, el origen se remonta a una estrategia de marketing del Servicio Postal norteamericano que, tomando la fecha del calendario Católico, promovió el festejo impulsando el envío de postales con la iconografía de Cupido y los corazones rojos. Algo similar al caso de la Navidad con el Papá Noel de Coca Cola.
Y más allá de la organización y promoción de este tipo de eventos, por parte de CULTURARTE, un detalle que llama la atención es el papel que juegan ciertos “artistas” que, lejos de mostrarse críticos ante las imposiciones de la globalización, concurren solícitos ante cualquier convocatoria de un ente estatal que las promueva. La mayoría de estos “artistas” componen el elenco estable de la Secretaría de Turismo y Cultura y, en vez de realizar aportes para el desarrollo cultural de la comunidad, se van encerrando en un círculo vicioso de eventos, canapés, brindis de honor, y autopromoción. Los espacios e instancias son mal administrados, al realizar eventos rebuscados, improvisados y vacíos, donde ellos son público y artistas al mismo tiempo. Este onanismo intelectual que promociona al arte por el arte sin otro fin que el arte mismo, conlleva, tal como sucedió con este hecho, a que se abandone toda crítica para terminar siéndole funcional a una imposición cultural que avanza.
Hasta la próxima dosis. God save the Queen y nunca muerdas la mano que te da de comer.
Matías Teruel
2 comentarios:
Nombres, compañero, kiero nombres de quienes se prestan a semejante adefesio, ¿o será q alguno de los colaboradores también lee poemas de amor a la Tula o al Tula? ¿o al pedo?
La intencion del articulo no es dar nombres para dejar en evidencia a quienes se prestaron a "semejante adefesio". Mas bien es una critica para que nos reflexionemos sobre el rol de los entes estatales encargados de administrar y difundir cultura, y sobre todo el papel que los artistas juegan dentro de una sociedad. Decir que sultano o mengano fueron no sirve, es seguir minimizando el asunto en vez de profundizarlo.
Por otra parte, es curioso que alguien que firma como anonimo exija nombres... asi que compañero firme y despues la seguimos.
Saludos
Matías
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