jueves, 26 de junio de 2008

El abismo fantastico

Todavía en Jujuy suele discernirse respecto a la calidad literaria en referencia a las temáticas desarrolladas en las obras. La crítica, en general, suele reducir todo a escribir “regionalmente” contra no hacerlo, todo lo referido a la puna, el burro y la mina, aparece un escalón o varios por debajo de lo urbano y “universal”.

Considero que hay dos motivos preponderantes por los cuales esta reflexión se ha vuelto inservible, en primer lugar porque lleva a una falsa superioridad que en algunos casos puede alcanzar lo xenofóbico, debo creer que no hay intención expresa en que así sea pero por mucho que los críticos quieran desprenderse de la subjetividad no alcanzan a hacerlo. Cuando Reynaldo Castro dice que “la obra de Groppa es una búsqueda universal que tiene a la ciudad y sus habitantes como tema central; su poesía es muy trabajada pero nunca hermética y permite interpretaciones nuevas porque se dirige a un lector sensible e inteligente a la vez”, está contraponiendo entre otras cosas un lector inteligente de Groppa frente a un lector ?????? de Marcos Paz.
Maximiliano Chedrese en este mismo número simplifica la cuestión a: escribir como jujeño o como porteño, en todo caso no jujeño. La ecuación viene a ser: escritura porteña + temas jujeños > escritura jujeña + estilo localista. Lo debatible en el análisis de Maxi es cómo se escribe a lo jujeño, pue´, (para dar un indicio). En parte, él mismo responde al porqué de la improductiva discusión. Si Groppa, Tizón, Alabí, Carrizo y Aguirre son coterráneos del endiablado Fortunato pueden reclamar también el nobilísimo título de escribir como jujeños. ¿O en algún punto me perdí sus cambios de “provincialidad”?
La segunda razón al estéril debate resulta de la desviación literaria que se lleva a cabo, la crítica se centra en temas superficiales que no hacen a la obra artística. Mucho más importante es analizar las obras por sus innovaciones en el lenguaje o los modelos literarios que presentan. Desde la llegada del nuevo milenio, ha surgido un grupo de escritores jóvenes en cuyas obras prevalece la narrativa, excelente excusa para comenzar a romper con la hegemonía de localismo vs universalismo. La crítica literaria debe centralizarse en cuestiones del lenguaje, en un sistema donde la velocidad de comunicación ha crecido exponencialmente, no podemos dejar de pensar en las respuestas que la literatura ofrece a tal fenómeno.
¿Qué sucede en Jujuy? Por un lado parece que la narrativa exige un lugar frente a la supremacía de la poesía. Muchos consideran que el verdadero escritor es el poeta, por la capacidad de sintetizar para expresar lo complejo. Lo cierto es que en Jujuy la poesía se ha impuesto con creces durante el pasado siglo, muchas obras han sido premiadas y reconocidas a nivel nacional por la calidad alcanzada. En narrativa sin dudas es Tizón el referente, surgido de la llamada “generación del 60” o “nueva narrativa del interior” sus cuentos y novelas han alcanzado nivel internacional. También puede nombrarse a Demitrópulos, Pereyra, Undiano, la rescatada Pichetti (a nivel local), entre otros, no es cuestión de realizar una antología de escritores, cuestión de moda por cierto. Es que al parecer, la supervivencia de las editoriales jujeñas depende con exclusividad del consumo en el ámbito educativo, es más productivo comercialmente realizar una serie de reseñas, acompañarlas con alguna escritura del “antologizado” y le resolvemos el problema a nuestros docentes arduos de saber algo de los escritores nativos. Simbiosis literaria donde se retroalimentan, el trabajo de los artistas, escritores e intelectuales reducido a unas pocas páginas para conveniencia del docente que ni hablar de leer las obras; y para la supervivencia de las arcas editoriales cansadas de publicar libros de autor que se empolvan indefectibles en estanterías o en el peor de los casos ni se empolvan porque difícilmente llegan a salir de las cajas donde las imprentas las han entregado. ¿Para cuándo las cátedras de literatura jujeña en los establecimientos formadores de profesores de lengua y literatura?
En Jujuy la literatura fantástica se encostra subcutáneamente con el transcurrir de los libros, sin lugar a dudas “ha llegado para quedarse”, pero ese “ha llegado” lleva ya una suma de años y el “para quedarse”, en consecuencia, se eterniza. No es difícil deducir la ecuación que surge de tanto repetirse fantástico y aún sin una fórmula a la cual remitirse, el resultado emerge continuamente: “saturación literaria”. El noroeste posee por sí mismo un ancestral y preciado contacto con mitos, leyendas y “seres mágicos”; por lo cual el modelo literario cortazariano no requiere esfuerzo en ser adoptado e integrado como si fuera propio, considero que de esta facilidad en ser asimilado deriva su persistencia. Muy a pesar de la insistencia de los jóvenes autores en deslindarse de lo “no urbano” y, para ello, tomar como patrón de escritura la literatura fantástica, sólo están afirmando su vínculo con su propia negación. Es tiempo de desprenderse de la influencia y comenzar a pensar en estilos literarios innovadores que no surjan de la disgregación socio-literaria, en su lugar podemos comenzar a pensar en una disgregación del lenguaje puesto que lejos estamos de adaptar la literatura a los progresos tecnológicos que en forma acelerada construyen nuevos textos y formas comunicativas.
Fernando Choque.

6 comentarios:

Veronika dijo...

Este artículo me resultó más que interesante, que extraño que se me haya pasado.
Me sorprendió, y mucho, porque parece que en Jujuy la valuación de una obra literaria se hace a la inversa que en otras provincias.
Te voy a dar el ejemplo de La Pampa, dónde viví unos diez años. Allá escribir y escribir bien es escribir desde lo "regional", es imperioso hacer mención en cualquier narración o poesía, al árbol Caldén, al viento pampero, al oeste desértico y la desaparición del Río Atuel. Cualquier obra que en apariencia carezca de color local, que hable de lo que se entiende como "universal" es descartada.
Y poesía, bueno... La poesía sólo sirve para certámenes. Nadie está interesado en publicarla o leerla.
La poesía es algo inservible y bonito, mientras que la narrativa suele tomarse más en serio.
Yo, en lo personal, no creo en esa falsa dicotomía localismo vs universalismo. Opino que, por ejemplo, los poetas siempre son regionales, aunque no sea de forma explícita, y que lo que escriben, su poesía, es siempre universal porque para apreciarla la única condición imprescindible es la condición humana. La literatura, el arte, es así. Yo como lectora puedo apelar a la intuición cuando me falte el conocimiento específico para descifrar la mención en un texto a una comida, costumbre o vocablo regional. De la misma forma que cuando leo sobre algo que no me ha sucedido en lo personal pero que creo entender a través de lo que el escritor me propone.
Pero el escritor siempre es regional, le guste o no, lleva a cuestas su orígen, sus vivencias, y eso está presente en la forma en que observa, elige y representa el tema de su obra... aunque la misma parezca abstraída de las condiciones historico-culturales de un lugar.

Saludos!

Verónika

Anónimo dijo...

Pero esta posición queda atrapada en el supuesto reduccionismo de lo "temático". Si se denuncia a una posible "crítica de lo temático", esta reflexión cae en el mismo agujero que cava, pues, distinguir de "lo fantástico" de lo "no fantástico", es seguir parado en el terreno del tema. En una parte decís que "la crítica se centra en temas superficiales que no hacen a la obra artística"; y tu dicotomía de escritores que evitan lo urbano con los que si la hacen no es para nada profunda.
Por otro lado, escribir de acuerdo a dónde se vive no es ninguna novedad estética, no es ninguna experimentación, ya Dante Alliguieri rompió el molde del latinismo cuando escribió en lengua romance su "Divina Comedia" y escribió el Convivio.
El mismo Cortázar también hizo ingresar la voz urbana en algunos cuentos, sin ir más lejos nombremos a "Torito".

Y por último, en el último párrafo dice que en Jujuy "el modelo literario cortazariano no requiere esfuerzo en ser adoptado ser integrado como si fuera propio". Debe preguntarse ¿cuál es el modelo cortazariano? ¿hablar de lo fantástico es modelo cortazariano?
Si la afirmación es correcta, no se hable más, "tu modelo" es temático.

Saludos

Intravenosa dijo...

Ok. Si hablamos de literatura fantástica y de literatura no fantástica, más bien estamos parados en el género. Muchas veces el género arrastra los temas que van a desarrollarse, por eso es que debemos diferenciar tema de género. En el artículo reproduzco la realidad de Jujuy, fijate en lo que dice Castro “ (…), que tiene a la ciudad y a sus habitantes como tema central (…).” Entonces nos preguntemos: ¿las personas, el pueblo, la ciudad, los coyas, los urbanos, son temas? Mas bien los temas son lo que les sucede: la decadencia de la ciudad, la desidia del pueblo, el amor del coya, la muerte de un personaje urbano, y todas las variables posibles.
Pero en nuestra provincia la critica se reduce así: tema 1, lo regional; tema 2, lo urbano. Esa es la dicotomía. Se elige como escribir, qué estilo y género, qué temas. Se escribe con modismos del pueblo, con modismos del barrio o con modismos de la ciudad, o de manera literaria, corrigiendo para alcanzar el gusto estético. Se reconoce a Carrizo y a Ramos, los dos exponen modelos distintos, y ambos son jujeños. Es cierto que puede decirse mucho más de esta polaridad centro-periferia. Lo importante en si es dejar manifiesto que las diferencias no están en el lugar, ni las personas, ni los personajes que se representan, sino en la forma de tratarlos. No es choza mala – edificio bueno. Esa es la desviación a la que me refiero.
Coincidimos con que “escribir de acuerdo a dónde se vive no es ninguna novedad estética, no es ninguna experimentación”. En ningún momento trato de definir que hay que escribir así para ser innovador.
Respecto al modelo cortazariano, es la literatura fantástica desarrollada por él desde la década del 50 y que influyó con mucha fuerza en las generaciones posteriores. Y aquí si pueden ir casi de la mano género y tema. Cortazar mismo define su cuento fantástico: “Ese sentimiento de lo fantástico como me gusta llamarle, porque creo que es sobre todo es un sentimiento e incluso un poco visceral, (…) mucho antes de comenzar a escribir, me negué a aceptar la realidad tal como pretendían imponérmela y explicármela mis padres y mis maestros.
Ese sentimiento, que creo se refleja en la mayoría de mis cuentos, podríamos calificarlo de extrañamiento; (…) hay como pequeños paréntesis en esa realidad y es por ahí, donde una sensibilidad preparada a ese tipo de experiencias siente la presencia de algo diferente, siente, en otras palabras, lo que podemos llamar lo fantástico. Eso no es ninguna cosa excepcional, para gente dotada de sensibilidad para lo fantástico, ese sentimiento, ese extrañamiento, está ahí, a cada paso, vuelvo a decirlo, en cualquier momento y consiste sobre todo en el hecho de que las pautas de la lógica, de la causalidad del tiempo, del espacio, todo lo que nuestra inteligencia acepta desde Aristóteles como inamovible, seguro y tranquilizado se ve bruscamente sacudido, como conmovido, por una especie de, de viento interior, que los desplaza y que los hace cambiar.”

Entonces un relato oral de duendes, de la mulanima, de la salamanca, no despiertan en el lector de la ciudad esa sensación de la que cortazar habla, convivimos con intersticios que escapan a la realidad objetiva. Heredamos una forma de ver y sentir la vida que recibe muchas influencias. Entre ellas la convivencia con nuestra oralidad “fantástica”. Por eso la facilidad para asimilar el “modelo cortazariano” que tiene una fuerte carga de urbanidad desde su origen, pero que en nuestra provincia se funde con nuestro “fantástico heredado”, de allí su permanencia. Y si para ser mas urbano elegimos el género, a su vez estamos afirmando nuestra pertenencia a lo no urbano.
El articulo al final muestra dos formas de ver lo temático, en conjunción con el género (sentimiento de extrañamiento) o como aquello que se va a representar (personas, lugares, etc). Ahí la diferencia.
Gracias por tu comentario.

Mx dijo...

Lo qué?

Anónimo dijo...

Va, un pequeño grupo que se publica y se propagandea a sí mismo. Siempre los mismos autores de los artículos, con un Aguirre al que sólo elogian ellos, además se quieren hacer los transgresores y en realidad no pasan de ser una copia más de lo que otros ya hiceron. Les falta mucho, quizá si dejaran de pensar a la literatura como ellos la piensan? Una revista que sólo ellos compran y unos cuantos amigos.

Intravenosa dijo...

Anónimo, hasta que se te siente el olor a caquita.